Esta tradición esta marcada por un mundo de sentimientos que los cristianos viven de manera intensa desde el siglo XII, aunque es a partir del siglo XVIII cuando la Iglesia le dio una importancia extraordinaria, realizando esta celebración dos días antes del domingo de Ramos, coincidiendo con el final de la cuaresma, la cristiandad se centra en acompañar a María, madre de Jesús, que ha sufrido momentos muy dolorosos. Son siete los dolores de la virgen.
- Cuando conoció la profecía de Simeón que anunciaba hechos tan terribles.
- La dureza de la huida a Egipto.
- La ansiedad por el Niño perdido.
- El sufrimiento de la Calle de la Amargura.
- La inmensa angustia de la crucifixión.
- El descendimiento de la cruz.
- La sepultura de cristo.